Hace aproximadamente 6 años que me encontré ante un documental muy interesante relativo a la percepcion del tiempo en los animales y que me hizo enlazar ideas y reflexionar acerca de la realidad en la que vivimos. El documental se llama Supernatural : Time Warp, de la BBC. ( http://www.youtube.com/watch?v=MlfMgNAxQ38 )
No pretendo
probar esta teoría ni científica ni matemáticamente, principalmente, porque no
soy científico ni lo pretendo. Tan solo trato de enlazar diversas ideas basadas
en distintas áreas de conocimiento y estudios científicos que he tenido oportunidad
de leer. Quizás sean ideas descabelladas, pero quizás también tengan algo de
sentido.
No son nada
nuevas las comparaciones científicas que se han realizado desde siempre acerca
de la tremenda semejanza del macromundo del universo con el micromundo
de las células, y de las partículas. El mundo visto desde la mira de un
telescopio o visto a través de la de un microscopio son sorprendentemente similares. La siguiente imagen muestra la red neuronal de nuestro cerebro y en comparativa la estructura de lo que conocemos de nuestro universo.
Dicho paralelismo hasta ahora ha inducido a los científicos a
afirmar que dichos mundos, macro y micro, funcionan y se desarrollan
siguiendo las mismas pautas y los mismos patrones. La única gran diferencia que
les dista en su comportamiento, aparte de la magnitud de su dimensión, es “el
tiempo”. Mientras que para uno un cambio transcurre en milisegundos, en otro se letarga millones
de años.
Según su definición, “El tiempo es la magnitud física con la que medimos la duración o separación de acontecimientos sujetos a cambio”. De los muchos conceptos físicos que existen el tiempo es probablemente el más misterioso. Lo podemos medir con la precisión de los relojes atómicos, podemos referir muchas otras cosas a él, podemos hablar de la flecha del tiempo pero su esencia se nos escapa. Los físicos teóricos todavía no saben decir qué es el tiempo. Aunque ellos ya mostraron que el tiempo es relativo, maleable según el sistema de referencia o la presencia de masa. Estos conceptos objetivos chocan con nuestra percepción psicológica del tiempo.
Por un lado, la imagen que
tenemos del mundo que nos rodea está tremendamente alterada por esa variable
que denominamos “tiempo”. Tan solo
hay que observar el cielo en una noche clara para dilucidar que lo que vemos en
ese preciso instante no es, sino que fue. Percibimos una realidad pasada, en
muchos casos lo que vemos actualmente está situado a 13.000 millones de “años luz”.
Sorprende pensar lo que eso significa: Lo que percibimos y como lo percibimos es
una imagen de lo que estuvo y de qué manera estuvo ahí hace 13.000 millones de
años. Es un concepto que se escapa totalmente de nuestra comprensión. La
galaxia más cercana a la tierra, Andrómeda, se encuentra a tan solo 2,5
millones de años luz,... “solo”,... Y para que intentemos entender mucho mejor de lo
que trata dicha magnitud y distancia, tomemos como ejemplos Plutón, que se encuentra a 5
horas luz (vemos una fotografía de Plutón de hace 5 horas); en nuestra propia
galaxia, que es “la via láctea”, la estrella más cercana se encuentra a 5 años
luz, es decir vemos lo que era hace 5 años, no lo que es hoy. Las dimensiones
en distancia y tiempo son tan enormes que es muy difícil, mentalmente, hacerse
una idea clara de ello.
Existen estudios deportivos y científicos que exponen que la percepción del tiempo no
es igual para todos los seres, dado que el llamado "tiempo subjetivo" se
modifica en situaciones emocionales o de estrés. Es decir, a todos en ciertas
situaciones, el tiempo percibido pareciera ir más rápido que en en otras en las
cuales nos pareciera ir muy lento. Probablemente todos los humanos tengamos una
percepción del tiempo, si no igual, muy parecida. Pero, ¿y los animales? Se ha estudiado y concluído que el número
total de latidos del corazón que un individuo presenta a lo largo de su vida es
igual para cualquier mamífero, sin importar su especie. Se argumenta que las
especies más pequeñas (musarañas, ratones, murciélagos, etc.) viven menos años,
pero que la frecuencia de latidos de sus corazones es mayor que la de los
mamíferos más grandes. Paralelamente, los comúnmente llamados "reflejos", es decir, la capacidad de reacción y la capacidad de percibir más o menos sucesos
temporales, distan entre especies. Estas especies de mamíferos
más pequeños y menos longevos, poseen unos reflejos inalcanzables por un
humano y distintos estudios en la materia han concluído que la percepción
del tiempo en otras especies es totalmente distinta. Una mosca por ejemplo, es
capaz de percibir el transcurso del tiempo mucho mas lentamente que un elefante y ,consecuentemente, reaccionar muchísimo más rápido que el mismo. En otras palabras, lo que
dicha mosca percibe en un minuto se compara a lo que el elefante percibe quizás
en un día, poe ejemplo. Claramente la conclusión a la que se ha llegado es que “El tiempo
fluye a distinto ritmo en función de la percepción subjetiva” o dicho de distinta manera: el
ritmo del tiempo es variable.
Hoy en día, la mayoría de los científicos actuales han aceptado la teoría de que el tiempo no es constante y que uno de los factores que alteran su velocidad es la masa. Pero pensemos que es la masa en sí. Un tornillo, tiene una masa determinada pero una maquina ensamblada posee una masa compuesta por la suma de las masas de los elementos que la componen. Una célula posee una masa y nosotros mismos otra que es la suma de todas las masas de lo que nos componen. A lo que quiero llegar es a la idea de que nuestro planeta tiene una masa, nuestra estrella, el sol también. La masa de nuestra galaxia es la suma de todas las masas de las estrellas que la componen y la masa de nuestro universo es la suma de todas las galaxias. Es por ello que el tiempo a niveles escalares de universo, y siguiendo esta aceptada teoría, fluiría a un ritmo vertiginosamente inimaginable desde nuestro prisma. Por ello, de igual manera, el ritmo de la velocidad del tiempo en masas diminutas sería lentísimo comparado con nuestro punto de vista.
La hipótesis de
la variabilidad del tiempo, nos ofrece un eslabón que permite encajar otra conjetura
acerca del funcionamiento del universo y de la existencia en general. ¿En cuantas formulaciones existe la "constante" t, tiempo?
Teóricamente, y como conclusión, este concepto nos ofrece la posibilidad de que nuestro conocido “universo” sea tan solo una minúscula partícula energética, un neutrino, una pequeña combustión, o una célula neuronal de un
ente mayor cuyo trascurso temporal sea billones de veces más largo que el
nuestro. De esta forma, no solo a nivel creciente del universo sino también a nivel decreciente o microcorpuscular, podrían existir otros microuniversos. Se podría así conjeturar la existencia de infinitos
universos en magnitudes tanto crecientes como descendientes.
Imaginad que
nuestro conocido universo fuese una fracción de una red neuronal de un ser mayor por el que fluyen
impulsos eléctricos. Imaginad que cada estrella es un átomo o un neutrino que
forma parte de un proceso energético a mayor escala dimensional y temporal. Imaginad que la existencia
de nuestro conocido universo fuera parte de una pequeña combustión que ocurre en un
segundo percibido a otro nivel en esa macroescala. Imaginad que en cada partícula
de nuestro conocido universo abarca infinitos universos a su vez que se crean y acaban en una billonesima de segundo.
Hasta ahora al parámetro de tiempo le hemos creado una unidad de medida para poder referenciarnos, pero quizás deberíamos ampliar otra variable desconocida: la velocidad de percepción del transcurso del mismo....es decir,... La velocidad del tiempo.
Si has llegado al final de esto, te preguntarás: Que aburrido tiene que estar éste!!! ;)